En el pensamiento psiquiátrico actual, se tiende a responsabilizar a las corrientes psicodinámicas, de un supuesto “freno” que sufrió el avance e investigación de la psiquiatría como disciplina. Esta tendencia ha causado un daño en dirección opuesta que resulta en la deshumanización y el concretismo de la que se intentaba “rescatar”.
Cada enfermo es único en sus particularidades e individualidades, por lo que su abordaje y tratamiento no son estandarizables. En la mayoría de los casos, nos encontramos que el abordaje y tratamiento de una persona, solamente le funciona a él. Si la clínica se compone de la observación detallada de un paciente, la reflexión de lo que vemos y la conclusión que obtenemos, la visión psicodinámica es el complemento perfecto para estos componentes.